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Flores Inesperadas |
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Golden_Jedi ![]() Star Fan Senior ![]() ![]() Joined: 17 Jun 2009 Location: C.A.B.A. Status: Offline Points: 3442 |
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Posted: 12 May 2015 at 8:26pm |
Songfic basada en Teo
Torriate (Let us cling Together) música y letra Brian May/Queen para celebrar la nueva visita que nos harán en setiembre próximo ( FLORES INESPERADAS El Halcón Milenario se posó con gracia en la superficie de Yavin IV y su piloto apagó los motores sin perder un instante. La rampa se activó a continuación y Han Solo descendió por ella, inhalando profundamente bocanadas de la húmeda atmósfera del planeta, apenas perturbada por el ocaso inminente. El denso perfume de la selva revivió los recuerdos inmediatamente, como sucedía cada vez que visitaba Yavin. Este era el lugar dónde se había enamorado definitivamente de Leia Organa, hacía ya tantos años. El lugar donde, de alguna manera, todo había comenzado. - Bienvenido, Capitán Solo – lo saludó un joven padawan, interrumpiendo sus remembranzas. – El Maestro Skywalker está dando una clase pero manda decir que estará con usted en unos minutos. - Gracias, chico. Mira, tengo insumos para la enfermería en la bodega. Mi copiloto te dará acceso, ¿podrías…? - Por su puesto. Yo me encargo. - Genial. ¿De casualidad sabes…? - Se encuentra en el Santuario de El contrabandista coreliano revoleó los ojos. Los jedi completando sus frases antes de que tuviera tiempo de articularlas completamente siempre le alteraban los nervios. – Si no lo han mudado desde la última vez que estuve aquí… - gruñó. El estudiante Jedi parpadeó sorprendido ante el concepto. Así era el padawan de Luke en resumen: silencioso, amigable, eficiente, sin sentido del humor. Con una inclinación de cabeza al confundido joven, Han
abandonó la pista de aterrizaje y se internó en la selva utilizando una angosta
senda que serpenteaba entre los árboles. Unos minutos después, arribó a la
masiva estructura que El edificio era mayormente una semiesfera de piedra y
cristal de cincuenta metros de diámetro y no demasiado llamativa desde el
exterior, salvo por su tamaño. Por dentro, sin embargo, era otra historia, como
Han sabía de visitas previas. Era como estar metido en una gigantesca piedra
corusca. La doble iluminación de Yavin y su primaria se filtraba por los
ventanales y era reflejada y refractada de mil formas a la vez, descompuesta en
una docena de tonos y fundida nuevamente al blanco, creando muros, habitaciones
y recovecos donde no los había antes. Tenia un extraño efecto sobre los
visitantes, tanto Jedi como no Jedi, euforizante y relajante a la vez, y
diferente a la vez para cada especie inteligente de El coreliano ingresó por La luz del templo cambio, virando al gris a medida que la primaria de Yavin comenzó a sumergirse detrás de la línea de los árboles. La figura vestida de blanco alzó las manos, con las palmas
hacia arriba como sosteniendo algo infinitamente precioso frente a su pecho. Al
comienzo Han no entendió lo que estaba sucediendo, pero luego percibió la
diminuta esfera ígnea que flotaba sobre las manos de La bola de fuego se expandió a medida que su creadora
separaba las manos y pronto se elevó también, hasta que alcanzó una buena
altura sobre su cabeza. De repente, La cámara se iluminó con renovada irradiancia. - Corazón…- susurró Han Solo asombrado. La pequeña figura tornó su rostro hacia él, sus hermosas facciones iluminadas por una sonrisa que opacaba las cien luminarias. - ¡Papá! – exclamó, corriendo a los brazos abiertos de Han. When I'm gone Cuando me halla ido No hace falta que preguntes si pienso en ti La misma luna brilla El mismo viento sopla Para los dos, y el tiempo es un espejo de papel No te ausentes…
- Gran trabajo, Raania – interrumpió a padre e hija la suave voz del Maestro Ni. La jovencita se sonrojó, complacida por la alabanza de su Maestro. – Un gusto verlo nuevamente, Capitán Solo – continuó. -¿Cómo se encuentra la familia? - Todos están bien, gracias, Maestro Ni. – respondió Han cortésmente. Había tenido cierta aprensión cuando Luke había asignado al viejo como Maestro de Raania, pero Ni había sabido ganarse su respeto de a poco y jamás había intentado interponerse entre él y su primogénita. – Aunque la señora asegura que sea una niña o no, éste será su último bebé. – bromeó. - Pero es una niña – dijo Raania con una risita, y luego se sonrojó profusamente cubriéndose la boca con las manos. - Lo prometiste – le dijo su padre con falsa seriedad, amenazándola con el dedo índice extendido. - Perdón – se disculpó Raania encogiéndose de hombros. – Pero sólo tendrás que guardar el secreto por una semana o algo así, ¿no? - Mi esposa no desea saber el sexo de los bebés antes que nazcan, es una tradición coreliana – explicó Solo al confundido Maestro Ni. – Y luego de cuatro varones… - su boca se torció en una mueca. – Pero le advertí al pequeño diablillo aquí presente que si yo lo sabía, no iba a poder guardar el secreto… - Tendremos que trabajar en eso cuando regreses, Padawan Solo – le dijo Ni a Raania - la discreción es primordial para un Jedi – agregó guiñándole un ojo. - ¿Se quedará para la comida vespertina, Capitán? – volvió a dirigirse al mayor de los Solo. – Si no es así… La jovencita miró con ojos suplicantes a su padre. - ¿Por favor, papá? – Raania sabía que Han no se sentía a gusto entre los Jedi, pero seguía intentando que perdiera su desconfianza. Han Solo suspiró. No podía decirle que no a esos ojos que eran tan parecidos a los de Leia. – Por supuesto… Despegaremos al terminar, ¿verdad, corazón? - Los veré allí entonces – se despidió Ni, dejándolos a solas. Raania tomó a su padre de la mano y tiró de ella con timidez. -¿Vienes? Han asintió. Though I'm gone Aunque me haya ido Es como si sostuviera la flor que te roza Una nueva vida crece El capullo lo sabe Nadie podrá templar mi corazón como tú No estés ausente
Han y Raania caminaron de la mano, sus pasos guiándolos con seguridad aun punto del templo que conocían bien. Los pilares de piedra que sostenían los cristales no eran lisos sino que estaban grabados con letras de una centena de alfabetos. Letras que deletreaban los nombres de todos los Jedi que se supiera que hubieran existido, en el lenguaje de su especie. Nuevos nombres eran agregados cada tanto, a medida que más archivos eran recuperados del brutal intento del Emperador Palpatine por eliminar de la historia a los Jedi. La columnas de nombres ya llegaban mucho más alto de lo que Han alcanzaba a leer en la peculiar iluminación del Santuario. Finalmente llegaron a su destino. Era una de las secciones
que habían sido grabadas en primer termino con los nombre de aquellos que
habían muerto para que el renacimiento de Los dedos de Han Solo acariciaron los rebordes de las letras que formaban el verdadero nombre de la apasionada y joven Princesa que le había robado el corazón tanto tiempo atrás. Era todo lo que le quedaba de ella. Esto, y la hermosa hija que había concebido juntos. La niña del milagro. Raania Solo pasó su brazo alrededor de la cintura de su padre, mientras él a su vez la atraía hacia si. Todavía no conocía todos los detalles de la naturaleza de la relación entre su madre y Han. A él no le gustaba hablar de ella y el tío Chewie podía ser tan obstinado como el coreliano cuando quería. Las circunstancias de la muerte de su madre también la intrigaban, pero la diplomática respuesta del tío Luke había sido que lo sabría cuando estuviera lista para saberlo. Pero no necesitaba saber nada para sentir el dolor que cada uno de los tres trataba de ocultarle al recordarla. Ese era su don, y por mucho tiempo había sido también una maldición. De cualquier modo, daba gracias a Otros dos niños se habían agregado a la familia en los años
posteriores. Y Thera jamás había hecho ninguna diferencia entre sus hijos
naturales y su hija adoptiva, incluso cuando algunas cosas extrañas comenzaron
a pasar a medida que su potencial jedi se desarrollaba. Así de grande era el
corazón de esa dama. Raania la extrañaba mucho desde que había comenzado en Raania ansiaba volver a ver a su bulliciosa familia coreliana y conocer a su hermanita próxima a nacer. - Traje algo – carraspeó Han. De uno de los bolsillos de su perenne chaleco de vuelo extrajo un pequeño y delgado paquete. Descartando el envoltorio, descubrió una pieza rectangular de metacristal transparente con algunas flores amarillas y rosadas incluidas en él. – Me dijeron que se adheriría a cualquier superficie, veamos si es cierto… Colocó el cristal junto al nombre de Leia, donde la luz era más intensa. - Es hermoso, papá, gracias… - susurró Raania - ¿Son…? - Si – respondió Han Solo. El artista había jurando que eran raanie naturales, las pequeñas flores que crecía por todos lados en Alderaan, en todos los climas, contra todas las expectativas. Los capullos que eones antes de ser destruido le habían dado nombre al planeta. El nombre que había sido perfecto para la invencible luchadora que había sido su hija desde el día uno. Igual que su madre. Let us cling together as the years go by
Sigamos juntos aunque pasen los años Oh mi amor, mi amor En el silencio de la noche Deja que nuestra vela arda para siempre Nunca olvidemos las lecciones aprendidas La noche había caído sobre el Complejo de Luke Skywalker aceleraba su paso por el sendero que conducía
al Santuario de Al alcanzar la misma entrada que Solo había usado antes, se detuvo súbitamente, fascinado por la escena que se revelaba a sus ojos. Todos los Jedi habían abandonado el edificio y los únicos que se demoraban allí eran Han y Raania, aun compartiendo un momento en silencio en aquel lugar que Luke también conocía bien. Pero a medida que sus ojos físicos se acostumbraban a la penumbra nocturna del Santuario, su visión interior reveló una tercera figura junto a ellos. Una silueta transparente, como de reflejada luz azulada, que se volvió hacía él y sonrió. Hola, Luke, lo saludó en su mente la calmada voz de su gemela perdida, Leia. Hear my song
Escucha mi canto Sigue pensando en mí como lo hacías Las noches se alargan Pero los sueños siguen vivos Cierra tus hermosos ojos y podrás estar conmigo Sigue soñando
Hola, Leia, le sonrió en respuesta. Obi-Wan, Yoda e incluso su padre habían sido quienes
vinieran en su ayuda en el largo y solitario camino para reconstruir Más de una vez, en sus peores momentos de duda y desesperación,
la había cuestionado. Podrías haberte
quedado… Raania te necesita, Han te necesita… Yo te necesito… La respuesta había sido la misma cada vez. Esta era la única manera… Luke nunca se había animado a preguntar cual hubiera sido la alternativa. When I'm gone Cuando me haya ido Dirán que somos unos tontos y que no entendemos Oh se fuerte No te arrepientas Somos todo Eres todo Para todos Para siempre
- Luke. La voz de barítono de Han sacó a Luke de su estado de remembranza para estrecharle la mano con calidez. – Ha pasado largo tiempo… - Estuve muy ocupado – se encogió de hombros Han. Aunque la desconfianza de Han respecto a los Jedi nunca se
había apagado por completo, su actitud respecto a - Vamos – les ordenó Raania, deslizándose entre su padre y su tío. –Quiero saber que hay de cenar hoy. ¡Tengo hambre! – Enlazó uno de sus brazos con cada uno de ellos y los arreó hacia el comedor principal. - ¿De veras? Supongo que el truquito ese con el fuego debe ser muy cansador – rió Han, dejándose llevar. Raania siempre había tenido un muy saludable apetito y los adultos a cargo de ella habían quedado muchas veces asombrados de que una niña tan pequeña pudiera comer tanto. - ¿O estás creciendo de vuelta? - No creerías cuánto, papá – le contestó Raania con un guiño cómplice mientras se alejaban del Santuario. Cuando estaban por recorrer la curva del sendero que ocultaría definitivamente el Santuario, Luke volvió la vista brevemente. En la oscuridad creciente, podía divisar todavía la azulada silueta que brillaba junto a la enorme puerta. La voz de su hermana le acarició la mente como una cálida brisa de verano. No mires atrás, Luke… No demasiado… Sigue adelante, como hizo Han… Raania tiró de su manga y Luke la miró a los ojos, encontrándolos llenos de comprensión y compasión. Por enésima vez, se preguntó cuánto sabría la jovencita realmente. La brisa se agitó alrededor de Han, Luke y Raania y algunos avianos nocturnos comenzaron a sonar su llamada de apareamiento. Si Han alguna vez pregunta…
La palabras parecía provenir ahora de algún lugar mucho más lejano, un mero
susurro en las corrientes de Let us cling together as the years go by Edited by Golden_Jedi - 12 May 2015 at 10:11pm |
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Han shot first.
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